lunes, 8 de septiembre de 2014

RECOMENDACIONES PARA LA COMPRA DE UN NUEVO ORDENADOR





Como hemos hecho en otras ocasiones, hoy también vamos a recomendaros qué componentes comprar para vuestro nuevo ordenador. Lógicamente nos centraremos en equipos de los denominados clónicos, de esos que podremos personalizar cualquier componente a nuestro libre albedrío. No obstante este especial también puede servir como referencia para comprar un ordenador de sobremesa de marca, aunque esa no será nuestra prioridad.






¿Qué necesitamos?

Dejando de lado el uso que cada uno le vaya a dar, hay una serie de componentes que son fundamentales:

Placa base.
Microprocesador
Tarjeta gráfica.
Memoria RAM.
Disco duro.
Torre


Procesadores para tu ordenador 



Como siempre, nos encontraremos con los dos principales competidores: Intel y AMD.

Las últimas soluciones de Intel son los Intel Core i, divididos en tres gamas ordenadas a continuación de menor a mayor potencia:
Intel Core i3.
Intel Core i5.
Intel Core i7.






Lo más interesante y llamativo es que algunos modelos incluyen GPU integrada y fabricación en 32 nanómetros, cosa que ningún procesador de AMD tiene en la actualidad.

Los precios son, además, bastante interesantes y no excesivamente caros. Sí es cierto que son cifras algo superiores a las de muchos modelos de AMD, pero personalmente creo que pagar 100 euros por un Intel Core i3 530 (el modelo más básico) no es excesivo.

Mientras que los Intel Core i3 son una buena solución para usuarios que más que lo más potente buscan algo con una potencia básica pero aceptable, los Intel Core i5 están situados un escalón por encima de los i3. Son bastante más potentes y en general están destinados a usuarios que le den a su ordenador un uso tanto en juegos como en las tareas más cotidianas. Si vas a jugar ocasionalmente, o incluso si te autodenominas gomer, un Core i5 puede ser una interesante solución.




En AMD la cosa está mucho más calmada. Tenemos las siguientes dos gamas, también ordenadas de menor a mayor potencial:

AMD Athlon II
AMD Phenom II





¿AMD o Intel? La clásica pregunta sin respuesta sencilla.









Depende de qué uso le vayamos a dar. Yo dividiría los posibles usos en tres categorías básicas:

Para un usuario ocasional, que no quiere el ordenador nada más que para utilizarlo de vez en cuando. Entonces un AMD Athlon II en sus versiones básicas será más que suficiente. Si tenemos un presupuesto algo mayor, un Core i3 es más completo y tenemos que tener en cuenta que con él no necesitaremos comprar una gráfica adicional, ya que la incluye en la GPU.

Para un usuario más avanzado, que quiera utilizarlo tanto para usos básicos (ofimática o web, por ejemplo) como para determinados videojuegos, un Intel Core i5 o un AMD Phenom II son las opciones. Dependiendo de nuestro presupuesto elegiremos un modelo más alto o más bajo, pero en torno a los 150 o 200 euros puede ser un buen precio a pagar.

Para usuarios expertos o muy avanzados la cosa está mucho más clara. Intel Core i7 en cualquiera de sus versiones rendirá lo suficiente como para disponer de la potencia necesaria para ejecutar de forma fluida cualquier aplicación.



Tarjeta Gráfica





Al contrario que en la elección del microprocesador, donde los dos grandes fabricantes están enfrentados y a la par, en la elección de la tarjeta gráfica el mercado está mucho más distante.

A la espera de las nuevas GPUs de NVidia, lo mejor es ir a por una ATi 5000 Series. El modelo concreto dependerá de lo que necesitemos:

ATi 5870: o superior para gamers puros. Ahora bien, su precio es de unos 350 euros para éste modelo, que pueden subir hasta más de 500 si elegimos la 5970. Lo bueno es que nos aseguramos un rendimiento verdaderamente brutal.

ATi 5770: para usuarios que quieran potencia pero no a cualquier precio. Es desde mi punto de vista una gráfica con una relación calidad/precio excelente, ya que cuesta unos 150 euros y tiene un rendimiento muy bueno, preparado para prácticamente cualquier videojuego a máxima calidad.

ATi 5450 o 5570: para usuarios menos exigentes. A pesar de ser bastante buenas es posible que se queden algo cortas en determinadas configuraciones o equipos. Ahora bien, son casi regaladas, ya que pueden comprarse por 46 y 70 euros, respectivamente. A pesar del precio son muy completas y recomendables para usuarios que no busquen potencia en una gráfica, si no funcionalidades.


                                                                                    
                                                                                  
Aunque la elección de una tarjeta gráfica dedicada en los tiempos actuales sea cosa únicamente para ATi, hay que tener bastante en cuenta una novedad surgida recientemente: las GPUs integradas en los procesadores Intel.
Si bien no ofrecerán un rendimiento a la altura de las soluciones dedicadas, estas GPUs son una excelente elección para usuarios que no busquen potencia. Por ejemplo, todos aquellos que quieran un ordenador sólo para navegar por Internet, ver películas (incluyendo contenido en alta definición, HD) y poco más. Que no sea para juegos. Lo malo es que en cierto modo nos obligan a adquirir un procesador Intel, pero aunque éste sea un poco más caro que un modelo de AMD sí es posible que merezca la pena gastarse algo más en la CPU para luego ahorrarse en la tarjeta gráfica.
Para todo lo demás, ATi 5000 Series son, a día de hoy, la mejor elección para tu nueva tarjeta gráfica.




Placa base




Si bien hay decenas de diferentes modelos de placas base, la gran mayoría de ellas son iguales o muy parecidas. Hay pocos cambios que afectan muy poco o nada al rendimiento final.
Un problema mucho mayor a la elección de la placa base es elegir la CPU, lo cual ya hemos comentado anteriormente. Una vez que lo tengamos claro acotaremos muchísimo el conjunto de placas bases compatibles, puesto que ahora sólo existen uno o dos chipsets compatibles con cada procesador. Son los siguientes:
AM3, para procesadores Athlon II y Phenom II
Intel X58, para procesadores Intel Core i7 de la serie 900.
Intel H55 y H57, para los Intel Core i de 32 nanómetros (los que tienen la GPU integrada).
Quizá pueda surgir alguna duda en la elección del H55 frente al H57. Siendo rápidos y directos, el H57 es algo más potente, aunque nada excesivamente destacable.






A la hora de elegir una placa base yo me iría por otros derroteros. Algunas recomendaciones:
Coge una marca que te guste, que te de confianza.
Ten en cuenta el número de PCI-Express que tiene, por si en un futuro quieres añadir una gráfica a mayores.
Todas las placas actuales son compatibles con memorias DDR3. No te preocupes por ello.
USB 3.0 empieza a llegar al mercado. Poco a poco, pero ya hay muchas placas que lo soportan de forma nativa.






Disco duro






 El almacenamiento de un ordenador doméstico es algo que está cambiando en los últimos años. El almacenamiento en SSD ya está llegando al mercado y ya empieza a ser accesible a gran parte de los usuarios.
Tenemos SSD muy buenos por precios más o menos asequibles, aunque con poca capacidad. Con poca me refiero a 40 o 64 GB, más que suficiente para almacenar el sistema operativo pero bastante corta en comparación con los varios teras que pueden llegar a alcanzar los discos duros tradicionales.
Y es que si buscamos rendimiento, un SSD para el sistema operativo y discos duros tradicionales para almacenamiento masivo es una opción ideal. Si ya podemos hacer un RAID de SSD para el sistema operativo (dos unidades de 64 GB, por ejemplo) más otro RAID de discos duros tradicionales para el resto del sistema (1 TB cada una) entonces tendremos un almacenamiento muy rápido y eficiente, a la par que amplio. Eso sí, preparemos la billetera, porque de los mejores y más asequibles son los últimos Kingston V+ y salen a unos 150 euros la unidad de 64 GB.





Otra opción menos potente pero mucho más asequible es una combinación de discos duros tradicionales en RAID. Dejando totalmente de lado los SSD hasta que bajen (aún más) de precio, es posiblemente la mejor opción en relación rendimiento/precio, y mantendremos una enorme capacidad disponible.
Y ya por último, si lo que buscas es un ordenador barato y asequible, preparado para las tareas más básicas (entre las que se incluyen los juegos) olvídate de unos buenos discos duros. Compra un disco duro tradicional que se ajuste a tus necesidades en cuanto a la capacidad, aunque ten en cuenta que quizá te salga por el mismo precio comprar dos discos de la mitad de esa capacidad y montarlos en RAID ganando así un poco de rendimiento.
Actualmente los fabricantes ya tienen en el mercado discos duros tradicionales de hasta 2 TB de capacidad, mientras que los SSD alcanzan en sus modelos más punteros los 256 o 512 GB.




Memoria RAM


Éste es un punto que desde hace mucho tiempo lo tengo claro: las memorias RAM han evolucionado poco o nada, y entre los diferentes fabricantes las diferencias son mínimas, exceptuando un pequeño detalle.
Por supuesto existen memorias mejores y otras peores. Dentro de la gama más alta a mí me gustan mucho las Corsair o las Kingston HyperX. En gama media la propia Kingston, Mushkin u OCZ, por citar unas pocas.
El pequeño detalle del que os hablaba anteriormente es que, al menos por mi experiencia, no recomiendo ni loco la RAM de fabricantes desconocidos. En una enorme mayoría de los casos me han dado problemas al cabo del tiempo, y es mejor gastarse un poco más en unas memorias de marca conocida que ahorrar unos pocos euros en unas de esas nisu. A la larga compensa, y mucho.







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