Como hemos hecho en otras ocasiones, hoy también vamos a recomendaros qué componentes comprar para vuestro nuevo ordenador. Lógicamente nos centraremos en equipos de los denominados clónicos, de esos que podremos personalizar cualquier componente a nuestro libre albedrío. No obstante este especial también puede servir como referencia para comprar un ordenador de sobremesa de marca, aunque esa no será nuestra prioridad.
¿Qué necesitamos?
Dejando de lado el uso que cada uno le vaya a dar, hay una
serie de componentes que son fundamentales:
Placa base.
Microprocesador
Tarjeta gráfica.
Memoria RAM.
Disco duro.
Torre
Procesadores para tu ordenador
Como siempre, nos encontraremos con los dos principales
competidores: Intel y AMD.
Las últimas soluciones de Intel son los Intel
Core i, divididos en tres gamas ordenadas a continuación de menor a mayor
potencia:
Intel Core
i3.
Intel Core
i5.
Intel Core i7.
Lo más interesante y llamativo es que algunos modelos
incluyen GPU integrada y fabricación en 32 nanómetros, cosa que
ningún procesador de AMD tiene en la actualidad.
Los precios son, además, bastante interesantes y no
excesivamente caros. Sí es cierto que son cifras algo superiores a las de
muchos modelos de AMD, pero personalmente creo que pagar 100 euros por un
Intel Core i3 530 (el modelo más básico) no es excesivo.
Mientras que los Intel Core i3 son una buena
solución para usuarios que más que lo más potente buscan algo con una potencia
básica pero aceptable, los Intel Core i5 están situados un escalón
por encima de los i3. Son bastante más potentes y en general están destinados a
usuarios que le den a su ordenador un uso tanto en juegos como en las tareas
más cotidianas. Si vas a jugar ocasionalmente, o incluso si te autodenominas gomer,
un Core i5 puede ser una interesante solución.
En AMD la cosa está mucho más calmada. Tenemos las
siguientes dos gamas, también ordenadas de menor a mayor potencial:
AMD Athlon
II
AMD Phenom
II
¿AMD o Intel? La clásica pregunta sin respuesta
sencilla.
Depende de qué uso le vayamos a dar. Yo dividiría
los posibles usos en tres categorías básicas:
Para un usuario ocasional, que no quiere el ordenador
nada más que para utilizarlo de vez en cuando. Entonces un AMD Athlon
II en sus versiones básicas será más que suficiente. Si tenemos un
presupuesto algo mayor, un Core i3 es más completo y tenemos que
tener en cuenta que con él no necesitaremos comprar una gráfica adicional, ya
que la incluye en la GPU.
Para un usuario más avanzado, que quiera utilizarlo
tanto para usos básicos (ofimática o web, por ejemplo) como para determinados
videojuegos, un Intel Core i5 o un AMD Phenom II son las
opciones. Dependiendo de nuestro presupuesto elegiremos un modelo más alto o
más bajo, pero en torno a los 150 o 200 euros puede ser un buen precio a pagar.
Para usuarios expertos o muy avanzados la cosa
está mucho más clara. Intel Core i7 en cualquiera de sus versiones
rendirá lo suficiente como para disponer de la potencia necesaria para ejecutar
de forma fluida cualquier aplicación.
Tarjeta Gráfica
Al contrario que en la elección del microprocesador, donde
los dos grandes fabricantes están enfrentados y a la par, en la elección
de la tarjeta gráfica el mercado está mucho más distante.
A la espera de las nuevas GPUs de NVidia, lo mejor es
ir a por una ATi 5000 Series. El modelo concreto dependerá de lo que
necesitemos:
ATi 5870: o superior para gamers puros. Ahora
bien, su precio es de unos 350 euros para éste modelo, que pueden subir hasta
más de 500 si elegimos la 5970. Lo bueno es que nos aseguramos un
rendimiento verdaderamente brutal.
ATi 5770: para usuarios que quieran potencia pero no a
cualquier precio. Es desde mi punto de vista una gráfica con una relación
calidad/precio excelente, ya que cuesta unos 150 euros y tiene un rendimiento
muy bueno, preparado para prácticamente cualquier videojuego a máxima calidad.
ATi 5450 o 5570: para usuarios menos exigentes. A
pesar de ser bastante buenas es posible que se queden algo cortas en
determinadas configuraciones o equipos. Ahora bien, son casi regaladas, ya
que pueden comprarse por 46 y 70 euros, respectivamente. A pesar del precio son
muy completas y recomendables para usuarios que no busquen potencia en una
gráfica, si no funcionalidades.
Aunque la elección de una tarjeta gráfica dedicada en los tiempos actuales sea cosa únicamente para ATi, hay que tener bastante en cuenta una novedad surgida recientemente: las GPUs integradas en los procesadores Intel.
Si bien no ofrecerán un rendimiento a la altura de las soluciones dedicadas, estas GPUs son una excelente elección para usuarios que no busquen potencia. Por ejemplo, todos aquellos que quieran un ordenador sólo para navegar por Internet, ver películas (incluyendo contenido en alta definición, HD) y poco más. Que no sea para juegos. Lo malo es que en cierto modo nos obligan a adquirir un procesador Intel, pero aunque éste sea un poco más caro que un modelo de AMD sí es posible que merezca la pena gastarse algo más en la CPU para luego ahorrarse en la tarjeta gráfica.
Para todo lo demás, ATi 5000 Series son, a día de hoy, la mejor elección para tu nueva tarjeta gráfica.
Placa base
Si bien hay decenas de diferentes modelos de placas
base, la gran mayoría de ellas son iguales o muy parecidas. Hay pocos cambios
que afectan muy poco o nada al rendimiento final.
Un problema mucho mayor a la elección de la placa base es
elegir la CPU, lo cual ya hemos comentado anteriormente. Una vez que lo
tengamos claro acotaremos muchísimo el conjunto de placas bases compatibles,
puesto que ahora sólo existen uno o dos chipsets compatibles con cada
procesador. Son los siguientes:
AM3, para procesadores Athlon II y Phenom II
Intel X58, para procesadores Intel Core i7 de la serie 900.
Intel H55 y H57, para los Intel Core i de 32 nanómetros (los
que tienen la GPU integrada).
Quizá pueda surgir alguna duda en la elección del H55 frente
al H57. Siendo rápidos y directos, el H57 es algo más potente, aunque nada
excesivamente destacable.
A la hora de elegir una placa base yo me iría por otros
derroteros. Algunas recomendaciones:
Coge una marca que te guste, que te de confianza.
Ten en cuenta el número de PCI-Express que tiene,
por si en un futuro quieres añadir una gráfica a mayores.
Todas las placas actuales son compatibles con memorias
DDR3. No te preocupes por ello.
USB 3.0 empieza a llegar al mercado. Poco a poco,
pero ya hay muchas placas que lo soportan de forma nativa.
Disco duro
El almacenamiento de un ordenador doméstico es algo que está
cambiando en los últimos años. El almacenamiento en SSD ya está llegando
al mercado y ya empieza a ser accesible a gran parte de los usuarios.
Tenemos SSD muy buenos por precios más o menos
asequibles, aunque con poca capacidad. Con poca me refiero a 40 o 64 GB,
más que suficiente para almacenar el sistema operativo pero bastante corta en
comparación con los varios teras que pueden llegar a alcanzar los
discos duros tradicionales.
Y es que si buscamos rendimiento, un SSD para
el sistema operativo y discos duros tradicionales para almacenamiento masivo es
una opción ideal. Si ya podemos hacer un RAID de SSD para el
sistema operativo (dos unidades de 64 GB, por ejemplo) más otro RAID de
discos duros tradicionales para el resto del sistema (1 TB cada una) entonces
tendremos un almacenamiento muy rápido y eficiente, a la par que amplio. Eso
sí, preparemos la billetera, porque de los mejores y más asequibles son los
últimos Kingston V+ y salen a unos 150 euros la unidad de 64 GB.
Otra opción menos potente pero mucho más asequible es una
combinación de discos duros tradicionales en RAID. Dejando totalmente de
lado los SSD hasta que bajen (aún más) de precio, es posiblemente la
mejor opción en relación rendimiento/precio, y mantendremos una enorme
capacidad disponible.
Y ya por último, si lo que buscas es un ordenador barato y
asequible, preparado para las tareas más básicas (entre las que se incluyen los
juegos) olvídate de unos buenos discos duros. Compra un disco duro tradicional
que se ajuste a tus necesidades en cuanto a la capacidad, aunque ten en cuenta
que quizá te salga por el mismo precio comprar dos discos de la mitad de esa
capacidad y montarlos en RAID ganando así un poco de rendimiento.
Actualmente los fabricantes ya tienen en el mercado discos
duros tradicionales de hasta 2 TB de capacidad, mientras que los SSD alcanzan
en sus modelos más punteros los 256 o 512 GB.
Memoria RAM
Éste es un punto que desde hace mucho tiempo lo tengo claro: las
memorias RAM han evolucionado poco o nada, y entre los diferentes
fabricantes las diferencias son mínimas, exceptuando un pequeño detalle.
Por supuesto existen memorias mejores y otras peores. Dentro
de la gama más alta a mí me gustan mucho las Corsair o las Kingston
HyperX. En gama media la propia Kingston, Mushkin u OCZ, por citar unas
pocas.
El pequeño detalle del que os hablaba anteriormente es que,
al menos por mi experiencia, no recomiendo ni loco la RAM de
fabricantes desconocidos. En una enorme mayoría de los casos me han dado
problemas al cabo del tiempo, y es mejor gastarse un poco más en unas memorias
de marca conocida que ahorrar unos pocos euros en unas de esas nisu. A la
larga compensa, y mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario